Mariela Altamirano
Nos queda muy en claro que Italia es más que vino, pasta y pizza, pero aunque hemos aprendido a apreciar cada vez más la gastronomía mediterránea, solemos decantarnos por los postres o los platillos con carne, pollo y pescado, dejando de lado a un elemento importante de todo restaurante italiano: la sopa.
Este delicioso platillo con una base caldosa o cremosa se adapta a prácticamente cualquier ingrediente y las recetas tradicionales que pasan de generación en generación han fascinado al mundo, ¡conoce algunas a continuación!
Fagioli con le cotiche
Nacida como una humilde receta para agregar más sabor y sustancia a los frijoles usando una parte del cerdo que generalmente se desperdicia (la corteza), esta popular sopa es muy sabrosa.
Las cortezas o chicharrón se cortan en tiras y se hierven hasta que estén suaves, luego se agregan a una sartén (o incluso mejor, a una olla de barro) donde el ajo, la cebolla y las hierbas se cocinan con aceite de oliva o manteca de cerdo.
Los tomates y los frijoles (previamente remojados en agua y hervidos) se agregan, cocinando juntos hasta que todo esté suave y se forme una salsa sabrosa y suelta.
Sopa de col y patata
La col de Saboya (o la col blanca similar) es una sabrosa verdura de invierno que es bastante popular en toda Italia y muy apreciada por su valor nutricional.
En el Véneto es un ingrediente principal de la cocina tradicional de la región, que incluye el sabroso risi e verze (una mezcla de arroz y repollo no muy diferente del risotto) y otras recetas.
En este caso, el repollo se corta en rodajas y se hierve con cebolla, zanahoria, apio y papas cortadas en cubitos hasta que todo esté suave y casi cremoso.
Puede ser una receta vegana, sin embargo, la tradición local sugiere agregar un poco de salchicha salteada desmenuzada o tocino ahumado.
Fagioli e castagne
Un clásico de la cocina tradicional de montaña del centro de Italia, desde los Apeninos en Abruzzo y Molise hasta Cerdeña, esta rica sopa reúne frijoles borlotti (o a veces garbanzos) y castañas; dos ingredientes que una vez formaron la base de la dieta local, cuando la carne era un lujo inalcanzable para el italiano promedio.
Hervidos por separado (posiblemente agregando algunas hojas de laurel a las castañas), los dos ingredientes principales se cocinan juntos en una olla de barro con cebolla, aceite de oliva o manteca de cerdo y hierbas. Otras posibles adiciones incluyen papas, tocino o champiñones.
Zuppa imperiale
Un caldo rico pero claro hecho con pollo (o, mejor aún, capón) que puedes probar en tu restaurante italiano local. Contiene pequeñas albóndigas cuadradas al horno hechas de huevos, parmesano, sémola y mantequilla, a veces aromatizadas con nuez moscada y pimienta negra.
Los cubos se cocinan rápidamente de nuevo en el caldo y se sirven calientes, como una sopa cálida y nutritiva perfecta para las celebraciones de invierno.
Cada cucharada de estas exquisitas sopas es una caricia para tu paladar, especialmente cuando comienza a hacer frío, ¡así que no dudes en visitar tu restaurante italiano más cercano y disfrutar de un plato caliente que te abrace desde el interior!
